El jueves 4 de octubre se celebró el Día Mundial de la DEPRESIÓN.
La Depresión es la enfermedad mental más frecuente de nuestro tiempo, afecta a hombres y mujeres, niños, adolescentes, adultos y ancianos. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) se estima que existen entre 120 y 200 millones de personas en el mundo que sufren esta enfermedad, lo cual representa el 3% de la población mundial y 1 de cada 8 adolescentes la sufre. Se convertirá en 10 años en la segunda causa de discapacidad superando a los accidentes de tráfico y a los accidentes cerebrovasculares.
En la actualidad y debido al momento de inestabilidad que vivimos, es frecuente encontrarnos
en nuestro entorno con personas que se sienten desgraciadas, tristes e insatisfechas consigo
mismas y con sus situaciones vitales.
Estos sentimientos si se mantienen por un periodo de tiempo prolongado desencadenan
un trastorno conocido por todos, que si no es tratado adecuadamente provoca grandes
dificultades para la persona que lo sufre, estamos hablando de la depresión.
Se calcula que se suicidan en el mundo 3000 personas siendo la principal causa los trastornos depresivos.
La depresión se define como un trastorno del estado de ánimo que hace que la persona se
sienta triste y desganada experimentando malestar interior y dificultando gravemente sus
interacciones con el entorno.
Existe una afectación a todos a todos los niveles, ya que las personas que presentan trastornos
depresivos se sienten desanimados y pesimistas con respecto a su futuro, les falta motivación
e iniciativa.
Son frecuentes los problemas de sueño y de apetito, la culpabilidad, el autodesprecio y la baja
autoestima perjudican la confianza en sí mismos, haciendo que se aíslen socialmente.
Los problemas de atención, concentración, memoria e indecisión hacen el pensamiento y la
solución de problemas muy laboriosos.
Les cuesta centrarse en el presente, mostrando cierta fijación por el pasado, creando inquietud
y preocupación que conduce a la desesperación, llegando a provocar pensamientos suicidas
como solución a una situación actual a la que se sienten incapaces de enfrentarse.
Son retraídos y socialmente reservados en sus relaciones interpersonales, costándole las
relaciones sociales en todos los ámbitos en los cuales se desarrolla.
El objetivo del tratamiento en la depresión es la mejora del estado afectivo y emocional, del
desarrollo social y laboral, la mejora de la calidad de vida y la prevención de las recaídas.
El tratamiento de la depresión en Graña Saude en Vigo, se centra en varios aspectos: la modificación de las conductas disfuncionales, las distorsiones cognitivas asociadas a situaciones especificas y actitudes desadaptativas relacionadas con la depresión.