La Xunta recibe 200 alarmas de padres por la conducta de sus hijos y abre 72 expedientes
Benestar tuvo que asumir la tutela de 11 menores el año pasado por su conflictividad con la familia; dos por resolución judicial
Hace solo quince días, un Juzgado de Menores dictaba una sentencia por la que declaró responsable de un delito de violencia en el ámbito familiar y tres de violencia doméstica –física y amenazas leves– a un menor de edad. Entre los hechos, se relata: En una ocasión, el chico intentó «apalear a su padre» cuando éste le reprochó que había llegado tarde a casa. Unos días después, «tras castigarlo sin salir un fin de semana», el chaval arrojó enseres contra las paredes del domicilio y dio patadas y cabezazos» a su progenitor. Otros asuntos probados recogen reacciones similares con su madre. Aunque son casos son excepcionales dentro de los cientos de menores que mantienen la educación y respeto por sus mayores, este tipo de situaciones causan una gran conmoción social. Lo más frecuente, según psicólogas especializadas, «son las disputas subidas de tono; los padres sienten y manifiestan que los hijos les han perdido totalmente el respeto», explican.