Las actividades acuáticas en la primera infancia son importantes y beneficiosas en muchos aspectos pero podemos no saber, a partir de cuándo empezar con nuestro bebé o qué tenemos que tener en cuenta para elegir dónde comenzar la actividad acuática.
Lo más importante, es la edad del bebé, ya que dependerá de ésta el tipo de estímulo que pueda o no ser el seguro y apropiado.
La edad recomendable de un bebé para comenzar varía de acuerdo a varios factores, siendo los más importantes que el calendario de vacunación esté al día, que el agua tenga la temperatura y tratamiento adecuados, el ambiente sea confortable y el tipo de actividad que se vaya a realizar sea el apropiado para un bebé.
A partir de los 4 meses se puede empezar en una piscina climatizada, pero la estimulación acuática comienza antes, en la bañera de casa, donde en primera instancia será éste el estímulo apropiado en esos primeros momentos.
A los 4 meses ya podremos asistir a clases de natación en una piscina donde el agua esté entre 30 y 32 grados, con la temperatura del ambiente generalmente con una diferencia de aproximadamente dos grados con respecto al agua, y si es posible con un grupo reducido de personas.
Cuidar del frío a los bebés pequeños es muy importante ya que el sistema de termorregulación del bebé aún no está maduro y se organiza poco a poco. Se aconseja a los padres que los días anteriores a ir a la piscina, se vaya disminuyendo progresivamente la temperatura del agua del baño en casa (de 37 a 34 grados).
El tratamiento del agua químicamente debe ser riguroso y dentro de lo posible con productos que son menos nocivos para la piel, los ojos y la mucosa como sal, bromo etc. debido a que la piel del bebé es muy sensible.
La actividad debe estar a cargo de personal especializado en estimulación acuática temprana y siempre es mejor comenzar en lugares donde el grupo no sea muy numeroso y el ruido no sea muy fuerte.